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-126- Tu ingratud me clavó, Nadie como yo sufrió; Y pues todo es por tu bien, Bebe una gota por quien Un cáliz por tí bebió. Poesías didácticas.-Mención especial merecen sus poesías didácticas y morales, género muy en bo– ga entonces. En ellas tiende al prosaísmo; pero es– tán llenas de ensei1anzas celestiales y contienen es– trofas preciosas. Rinde en estas poesías tributo a su tiempo. Las poes ías las da hech as el asunto, y si este en sí es prosáico, no hay manera de remontar el vue· lo. Esto le sucede en la int roducci ón a la Oración fú– nebre del P. Benaocaz, en los dos Epitalamios, en la Alj aba Mí stica, donde, más qu e una poesía, lo que intentó hacer fo é una serie de consejos morales, muy de moda e11 tre los poetas de entonces , aun entre los mejores , aunque inadaptables al gusto de nuestros tiempos. La mayor parte de las poesías de Fr. Diego se han han perd ido, unas quemadas por él, otras rles– truidas por la incuria. Las que llevamos insertas nos lo muestran como poeta delicado y tierno , al que no le faltó sino vivir en el si gl o de Santa Teresa para ser contado entre nuestros poetas místicos. Hay en sus poesías ejecución perfecta , soltura en la versifi– cación, conceptos elevadisimos, y, sobre todo, un sentimiento, una unción, una ternura, que las hicie– ron popula res y las hacen todavía. Es preciso oir el ¡ Ay de mí! cantado por todo un pueblo, para expe– rimentar la emoción de sus versos, afectivos y tier– nos. Mas no hay que olvidar tampoco que la poesía fué en él algo secundario y solamente auxiliar de su santo ministerio .

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