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- 122 - Buena la tenemos hecha, Si tú no me haces la costa. Déjame, pues, que camine, No trates de recogerme; Yo veré lo que he de hacerme, Cuando amor a Vos me incline. Yo bien así lo previne, Cuando me puso demanda, Y así, pobre Diego, anda, Pues no se encuentra otro medio Y esto no tiene remedio, Anda, pues que Dios lo manda. No hablemos má s del asunto, Haz, Señor, lo que quisieres. Si siempre así me tuvieres, Callaré de todo punto. Ya lo he dicho todo junto, No tengo más que añadir; Voy a tratar de vivir, Lleve o no ll eve camino, Pues importa a mi destino Predicar, amar , sufrir. Rodeado de aclamaciones , su humildad qu1s1era desvanecerlas, acallar a los pueblos, recibir despre– cios de los mismos que le ll evan en triunfo, y le hace e,cribir estas décimas, titu ladas DESENGAÑOS Cuando advierto en mis Misiones La conmoción de las gentes, Empeños impertinentes E indiscretas devociones, Aplausos, celebraciones , Y el común modo de hablar,