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CAPÍTULO VII La s oledad de Ronda .-EI P. Fernández. – Misión de Morón .- Misión de Osuna.-Cuares– ma de S. Roque. 177-1-- 1775 Como nuestro Sr. jesucristo encontró en Betania un retiro seguro en el seno de una familia amiga, durante las tareas de su predicación por la judea, así nuestro Beato Diego encontró también en Ronda a una familia santa y un retiro tranquilo en las du– ras tareas de la predicación por toda España . Como lo hemos de ver tantas veces alojado en Ronda, de– bernos consignar aqu í cuanto dejaron escr ito sus biógrafos sobre esta prolongada estancia, debida a una especial providencia de Dios. Durante la novena que predicó en dicha ciudad a la Divina Pastora y la Cuaresma que le siguió des– pués, conoció a los muy nobles y virtuosos seiiores D. Manuel Moreno y Tabares, regidor perpetuo, y a D.ª Teresa de Rivera , que vivían enfrente de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Paz. Conociendo que e l Síndico que hospedaba a los Capuchinos carecía de medios para atenderlos, y cada vez más prendados del joven Apóstol, que había sufrido grandemente con las gentes en casa del S índico, por no tener el debido aislamiento, le ofrecieron generosamente la suya. Dióles él las más humi ldes y rendidas gracias;