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-60 - alguna luz, revestido como pc1ra cele:irar, pero com mitra. Temí más, pero me habló y .dijo: -Sosiégate, no temas. Yo soy Ildefonso, que pro– tejo este templo; oras en él, y hé! presentado a Dios. tus ruegos e intercedido en tu favor, como lo hc1 he- – cho mi Señora , la Virgen María, y ten pJ r cierto que te concederá lo que pides pc1ra la Misión a que estás destinado ahora y para otras muchas a que irás después. Por tu predicación quiere Dios convertir a muchos pecadores; ni te faltará ciencia ni inteli– gencia en las Sagradas Escrituras; con abundancia serás en ellas instruido; por tu lengua triunfará el. Señor de la falsa sabiduría de muchos. Espera siem– pre en su misericordia, procura servirle con amor, y no temas, que no prevalecerán contra tí tus enemi– gos. T oma este libro, cómetelo, y ve confiado y sin miedo a la Misión. Recibí muy animoso el libro, la visión desapareció, y aunque yo desde luego sentí en mi interior mucha tranquilidad, mucha dulzura y· particularísimo deseo de ir cuanto antes a Ceuta, t odo esto sería aprehensión o sueño, por que ¿quién: soy yo, ceniza y polvo, para que tal favor se me concediese? )) (1) Animado con tales prodigios, partió para Ceuta, acompañado por el P. Francisco J. de Cádiz y el P. (1) Esta visión fué presenciada por el P. Tadeo de– Ubrique, Director entonces del Beato, y por otro her-– mano lego. La aseguraban tambi én, tacto pectore, el P. Francisco J. de Cadiz, Guardián entonces, el P. J. Bau-– tista de Cabra, que le siguió después, y la confirmaron , el P. Tadeo de Ubrique , el P. José de Casares y el V. Sacerdote D. Ignacio Calvo. Entre los papeles que el P. Buenaventura de Cádiz entregó al P. Luis Antonio de – Sevilla, se incluía el relato de esta visión.-P. Serafín; cte Ardales, pág. 16. - P. Luis A. de Sevilla, pág 440. Cardenal Vives, pág. 26 y notas.-P. Alcober. Historim de la vida interior, pág. 31.

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