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-649- Informe del Inquisidor General- El informe del, Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Ramón José de Arce, Ar• zobispo de Burgos, si bien no es de un regalismc tan subido de color como el del Sr. Gómez de la Torre, contiene errores de apreciación, tanto más indisculpa• bles, cuanto que la dignidad episcopal de que se halla· ba investido y la altísima representación que ostenta– ba requerían más elevación de carácter y un estudio• teológico más concienzudo de la materia delatada y del trabajo de los calificadores y censores. No por esto hemos de cargarle el cúmulo de propusiciones erróneas y heréticas, que acabamos de examinar en el trabajo del Sr. Gómez de la Torre. Lo atribuye todo el Sr. Inquisidor General a falta de exactitud y claridad, a exageraciones y generali• zaciones que no corresponden al carácter de un pre– dicador evangélico y de un teólogo instruido. Si se han de tomar en sentido propio las afirmaciones deI Sr. Inquisidor General, parece que éste defiende la independencia absoluta de la potestad civil, y desde luego niega la potestad indirecta, la cual, en distin– tos pasajes de su informe, cree anticuada, y que de– be ser sm,tituída por la doctrina, mandada enseñar en las Universidades por Carlos III. En cuanto a la Inquisición, sienta que ni los reyes ni los Papas pue– den ser juzgados por ella, ni le permiten extenderse a todo género de causas, aunque al menos experto en lides jurídicas no se le oculte que si se tratase de juz– gar a un rey que cayera en la herejía y quisiera arrastrar a ella a su reino, este asunto, como de ma· yor momento, sería llevado directamente por Su San· ti dad, y no iba a quedar encomendado a la Inquisición española; y además, si se tratara de un Papa que, en cuanto a tal, cayese en la herejía, hay que negar el supuesto, porque admitirlo equivaldría a negar la infalibilidad pontificia. Encuentra también exage·

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