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-646- enfermedad, fué trabajando en ésta, cuya parte com– pl eta consta de 16 páginas y la parte empezada de 33. Encabeza su defensa con este hermoso texto: Esto firmus in vía Domini et in ueritate sensus tui, et scientia, et prosequatur te verbum pacis et justitiae. Esto mnnsuetus ad audiendum uerbum ut intelligas: et cum sapientia pro/eras respon• swn ueram. (Eccli. V 12 13.) El trabajo está dividido en cuatro partes: 1 ªDe la superioridad de la potestad pontificia y eclesiástica sobre la temporal de los príncipes católicos. 2." De la autoridad y facultades que propongo del Santo Tri– bunal de la Inquisición. 3.ª De las ventajas que atri– buyo al estado religioso, en que parece que lo ante– pongo a los demás estados. 4." De algunos peque– tios reparos sobre diversas especies sueltas. Entra a probar la potestad del Papa , que es la del mismo jesucristo, aduciendo autoridades de los San· tos Padres y Doctores de la Iglesia , Concilios, De cretales y de los más insignes teólogos; y después de citar a Gersón, precisamente por ser poco afecto a la Silla Apostólica, y a una serie de autoridades, expresa su sentir en este párrafo: «Como en las re– ferid as expresiones en que dije que el amplísimo poder del Sumo Pontífice es sobre todos los Obispos, Pastores y Prelados de las almas, hablo del Primado que dió N. S. Jesucristo al Señor S. Pedro, su Vi– cario, y en él a todos sus sucesores, no me detuve en el sermón a proponer sus pruebas, persuadido a que hablaba con un pueblo católico que no las nece· sitaba, ni las necesita para creer una verdad que tan constante ha !iido y es en la Santa Iglesia. Por esto he omitido también aquí alegar los textos de la Sa– grada Escritura, que expresamente la persuaden; el crecido número de Padres griegos y latinos que la

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