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-645- Defensa del Beato Diego.-EI Beato Diego de– bió quedarse helado al recibir el texto de la delación y la censura del Sr. Gómez de la Torre, sin las co· rrespondientes firmas de uno y otro. Él, que tan alto concepto tenía de la Inquisición, apenas podía creer lo que estaba viendo y se :e comunicaba en su nom· bre. No cabía ya una explicación ni una retractación, sin abdicar de su fe, toda vez que él estaba en pose– sión de la verdad, y sus delatores y censores imbuí· dos por falsas y heréticas doctrinas. No quedaba, pues, más camino expedito que una defensa enérgi– ca, fueran las que fuesen las consecuencias. Que el Beato Diego comprendió desde luego su posición y la falsa y comprometida de sus delatores y censo– res, lo revelan estas palabras: «Viendo que misma– lecillos van adelante, he dado principio a trabajar mi respuesta al Santo Tribunal. Esta sería breve, como me aconsejas, si el P. Censor y los Padres Califi cadores no amontonaran tantos asuntos, que no es posible satisfacerlos con otros 50 pliegos como los suyos, en que especialmente el censor (D. Francisco Gómez de la Torre) se empeña en que he de decir soy ciego, teniendo, a Dios gracias, la vista clara. (1) En esta defensa, le ayudaron, buscándole docu– mentos, obras, bulas y textos de Santos Padres, su Director el P. Alcober, su amigo el P. Francisco de Asís González, desde Ecija, y el M. R. P. Provincial Fr. Jerónimo de Cabra. Enfermo , contristado y dolorido, el Beato Diego se había dirigido al Inqu isidor General, pidiéndole que le dispensara la tardanza en remitir su defensa, por su mal estado de salud. En los intervalos de su (1) Carta al P. Miguel de Santander.-Archivo Ibero-Americano, tomo III, año 1915, pág. 464,

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