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- 60S- «Recibo con el debido aprecio la esquelita de usted del 24 del pasado con la inclusa de mi nuevo M. R. P. Provincial, que contiene la orden de po– nerme en camino para establecerme en ese conven– to. Mi deseo de obedecer con prontitud me obligó a consultar al médico que hace la caridad de asistir– me, si me creía capaz de ese viaje algo dilatado pa– ra el fin de mi comodidad, descanso, etc.; hícele instancia a solas para que, segLÍn Dios y conciencia, me respondiese a esta consulta, y me dijo: que en atención a que cuantas veces me ha visitado en esta temporada, que por lo común son dos en cada día, nunca, aunque ha variado de horas, nunca me ha en– contrado perfectamente limpio de la calentura lenta con que vine de Sevilla, dimanada de una grande debilidad y fuerte incendio de la sangre, de que también resulta el continuo incendio y fuerte des– temple de cabeza, que todo se ve tornar algún leve aumento, con sólo pasearme un rato en el cuarto de mi retiro o de leer otro, etc., juzgaba temeridad y acto opuesto al precepto de caridad propia el poner– me en camino, aun cuando éste pudiese (que no pue– do) hacerlo de noche y de tránsitos pequeños. Además de esto y de otros accidentillos, como la convulsión, las vigilias en el sueño, tengo de algu– nos añ'tls a esta parte la penalidad de la detención de la orina en los viajes que se me han ofrecido en el verano. A pesar de todo esto y para seguir mi incli – nación (de obedecer) , intenté ponerme en camino, pero me he hallado incapaz de efectuarlo . No puedo negar a usted, Padre mío, que con esta no esperada novedad se ha puesto mi pobre es– píritu en gran consternación y está mi ánimo y mi interior todo en la más estrecha prensa, mucho ma– yor que lo que a usted manifesté tiempos pasados, hablando de otros asuntos. No está en mi arbitrio