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-593- octubre para Ceuta. No en vano tuvo siempre horror a embarcarse. Al pasar el Estrecho se mareó. En el muelle de Ceuta le esperaba el Ilmo. Sr. Obispo, Fr. Domingo de Benaocaz, Capuchino de nuestra Pro– vincia, al cual hicieron Obispo de Ceuta, por haber renunciado el Beato Diego. Lo recibió solemnemen– te con todo su Cabildo y familiares, llevándolo a su Pal acio . El 22 de octubre, repuesto ya el santo Apóstol de su mareo, empezó la segunda Misión de Ceuta. De esta Misión se conservan muy pocos datos, por haberse perdido la carta en que daba cuenta de ella al Padre Alcober. La Misión duró desde el 22 de octubre al 2 de noviembre y los frutos fueron muy copiosos. El día 3 de noviembre salió de Ceuta , pasó a Al – geciras, siguió HRonda y después a Sevilla, empe– zando el 21 la novena, después a Jaén, donde dió una breve Misión, y de la cual no nos ha quedado noticia. Concluida esta salió para dar Misión en Baena, que duró desde el 9 de diciembre al 17. De esta Misión nos faltan los datos. El 18 de diciembre marchó a Estepa a predicar el cuarto domingo de Adviento del estHblecimiento del Jubileo Circular de 18s Cuarenta Horas, pedido a ruegos suyos por el Vicario y conseguido de Su Santidad antes de su glorioso martirio. «Cuando llegué a Baena-escribe a su Director -ya iba Higo retorndo del padecer de las entrañas, y me parece que con alguna propensión a dolores cólicos, porque me dieron antes y después de estar allí, aunque no fuertes. Con este motivo me trataba con alguna delicadeza, me dejHba cuidar de la fami – lia en cuya casa asistíamos, que lo hacían con suma caridad y esmero, y, llevado de mi amor propio,

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