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-574- nudó sm, tareas apostólicas. El 28 de septiembre en,– pezó la novena a Nuestra Señora del Rosario en los Dominicos de Carmona y después predicó dos días, en Lora del Rio. «La novena predicada en Car– mona fué muy concurrida - escribe a su Director– y me parece que usó Dios de su misericordia con aquellas gentes por el fruto grande que me asegu– ran resultó en el pueblo. Los eclesiásticos pidieron, y les hice una sola plática para la que se dignó el Señor asistirme. ¡Bendita sea su bondad! Así lo he experimentado y lo estoy experimen– tando en la mucha predicación que después ha ocurri– do, ya en Lora del Rio, donde en día y medio predi– qué dos veces al pueblo, una a los elesiásticos y otra a las religiosas. También en el convento de los An– geles donde estuve un día. Al paso de Córdoba para ésta (Andújar) me obligaron a pasar por Montoro y prediqué dos veces al pueblo en la plaza. Antes de predicar me hallo como sin fuerzas y muy corto de aliento; pero empezado los da Dios, y, aunque suelo quedar cansado, no me impide su con– tinuación. Si no me engaño, se comunica el Señor no poco a los oyentes, porque oyen con devoción, y se advierte un no sé qué de docilidad en ellos. Dios haga que mi vida y mis costumbres execrables no impidan el fruto de la divina palabra, como siempre lo tiene. Mi interior sigue con su habitual disipación, y en esta Misión el Stímulus carnis datus est mihi qui me colaphizet, sin otra causa a mi parecer, que la de haber leido casualmente una especie de tormento que dieron los verdugos a diferentes santos mártires. Tal soy yo que de la triaca saco veneno.» (1) (1) Cartas de conciencia, 28 de octubre de 1798.

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