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-572- vias milagrosas aseguraron la cosecha, que fué extraordinaria y debida a las oraciones del Siervo de Dios. Solamente los diezmos del Arzobispado de Sevilla, llegaron a la suma de 382.90-1- fanegas de trigo, cantidad no conocida nunca. (1) De Cádiz pasó a Jerez a predicar una novena de la Divina Pastora. En esta ocasión debió ser cuando se quedó en éxtasis ante la V. Hermana Antonia de Jesús, y además le sucedió este caso admirable, con– tado por él mismo: «El 13 por la mañana temprano salí de Jerez para Morón, y ayer llegué aquí algo cansado, pero sin mayor novedad, bendito Dios. Me he traído el velo viejo de la Hermana Maria Anto– nia, le busqué un manto de limosna, lo hizo y me traje el viejo, y con él un cuchill o con que quiso m&– tarla estos días una mujer, a quien dió un hombre 30 reales para ello, la co:~virtió, etc.; y también una ba– yoneta antigua , con que, viviendo nuestro V. Padre Maestro Ruiz, le atravesó el cue,rpo un hombre. Aquí lo tienes todo. Me hago cargo que el velo lo querrás para tu hermana, la que dió el nuevo. Quisiera me dejase el manto ; mas no obstante, tú dirás lo que ha de hacerse, pues lo que tú tienes lo tengo yo y vi– ceversa. Un día de los que estuve en Jerez , me en– vió por disposición de su hermano, el P. Cura, un plato de leche crema, un pollo guisado y una porción de lomo frito; todo lo guisó ella sola en un solo anafe, y en sola media hora encerrada en un cuarto; y pre– guntada de cómo en tan poco tiempo , me aseguró la (1) P. Luis A . de Sevilla, pág. 509. Júzguese por este dato. sólo de diezmos, lo rica que seria la Iglesia de Sevilla, y el inmenso latrocinio de la revolución que empobreció a la Iglesia. Todos esos bienes los disfru– taban los pobres, las casas de beneficencia, hospitales, etc. En, desconocida Iá cuestión social que amenaza hov arruinar '3 Europa.

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