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-562- Espero las resultas de la conferencia con tu Pre– lado.» (1) Todo esto lo decía el Padre Alcober respecto al asunto de su traslación a Granada, de la cual le había dicho el Beato Diego que no estaba en su ma– no conseguirla. Recibida, pues, esta carta, le contes– tó: «Acabo de recibir la muy apreciable de usted, del 14 del corriente, a la que inmediatamente corres– pondo, y postrado a sus pies le pido por Nuestro Señor Jesucristo que me perdone la ignorancia o barbarie con que produje la proposición de que us– ted justamente se ha sentido y me reconviene. Erré, Padre mío, porque mi estolidez no permite conocer ni elegir los términos propios con que debo explicar– me. Pero usted conocerá en eso mismo que soy una bestia en figura humana y con su prudencia sabrá disimularlo. Mi pensamiento es, en esa proposición, que me creía hallar en usted apoyo o la conformidad de estar a lo que conocía ser voluntad de mis prelados en esto, y que al hacerlo así no arriesgaba mis aciertos. La prensa en que me tienen las cartas de usted no es, Padre mío, por el asunto de ir a Granada o a otra parte; me parece que mi voluntad se conserva en la misma indiferencia que siempre he tenido re~– pecto a mi conventualidad. Lo es, sí, por lo que me parece dan a entender las expresiones de usted, si no hago aquella efectiva, que soy engañado del co– mún enemigo, que pierdo una gracia a que soy lla– mado, que yo propio me privo de un bien, y otras de que con pocas reflexio:ies que se hagan, tenemos en la Santa Teología doctrina para persuadirme que– puede resultar de aquí mi eterna condenación. ¿A (1) Cartas de conciencia, pág. 471 .

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