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-561 - -ción, manifestándote, que el día de tu santo te clamé en la santa Misa, te diese la mano y sostuviese en el mareo, turbulencia y ofuscación que padecías ac– tualmente en el asunto pendiente. Es verdad que ninguno de los que has tenido ha llegado a la mag– nitud de este, y por lo mismo ni entiendes ni atinas. .¿Qué fundamento te ha dado para que me digas en la tuya:«Yo me creía que w,ted no llevaría a mal que en -este y otros puntos de igual naturaleza me sujete a la determinaci ón de mis prelados a quienes he prome– tido obediencia? )) Y yo creía que no me juzgases tan ciego que cerrase ll)S ojos para tus operaciones y no atendiese al Jesús de la cartilla del confesor de mon– jas después de 30 años. ¿Qué más podías decir, si yo te hubiera aconsejado que no obedecieras a tus pre– lados? Yo bien sé que puedo estar justamente ase– gurado en dictamen contrario al de tus prelados, y que tú obrarás rectamente obedeciéndoles, si ante– cedentemente has cumplido con todos tus deberes, .que es una de las dificultades para el asunto del día. Yo bien te considero en la prensa que estás, y me alegro por lo que algún día conocerás y sabrás. Omnes-nos dicen las vidas de los Santos-transi– vinws per ignenz et aquam, et eduxisti nos etc. -Qui sunt isti et unde venerunt? Hi sunt qui vene– runt etc... ; y si ahora que empezamos te ofuscas así ¿no me das margen para que te diga que quieres ser santo , pero sin que te lleguen y tienten? Que ... me– jor será compadecerme de tí y pedirle a Dios qui scit insipientiam tuam , no haga caso de ella, y te do– ble enteramente, para que sepas hacer y ejecutes su voluntad santísima. Así sea y te guarde, como le ruega quien más te ama. Tu Padre. j UAN ]ü:'É