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-559- escrito y me ha escrito alguna rara vez en tiempos pasados sobre estos asuntos. ¿Qué hago? ¿Le escribo a éste para que impida que esto siga ade lante o lo dejo a Dios para que haga lo que sea más de su divi– .no agrado? » (1) Apariciones de la Santísima Virgen.-Después ,de un a corta excursión a los baños de Ardales, vol– vió otra vez a Ronda, donde tuvo la visión de la Santísima Virgen, dando el pecho al Niño Jesús. 'Üigámosle a él mismo describirla : «En las cosas del interior no ocurre cosa particular; sigo en la misma inhabil idad para todo que tengo ya anteriormente manifestada. No sé si se merecerá alguna atención un sueño que tuve días pasados por la noche. Parecía– me en él que me hallaba en una sala cuadrada, no pequeña, puesto de rodillas . Frente de mí estaba la Santísima Virgen Maria, nuestra Seíiora, vestida de blanco , pero tan blanco , que excedía incompara– blemente al de por acá. Vestimenta ejus /acta sunt alba sicut ni:r; y estaba alimentando a sus sac;ra– tísimos y virginales pechos al eterno humanado Hijo de Dios, cuando vivía en carne mortal en su sagra– da infancia , t oda la pieza ocupada a su alrededor, •en sus cuatro fachadas, de ángeles santos, con tanta majestad, composi.ura y devoción, que infundían un sumo respeto con su vista . La de la Santísima Virgen cau.5ó en mi alma una conmoción extraor– dinaria, con diferentes afectos de amor, devoci ón, humildad, y singularmente un altísimo concepto del sentido profundísimo de aquellas palabras: Sola Virgo lactabat ubere de cae/o pleno. Había ante- cedido en el mismo sueño un gran deseo o como consideración de este gran prodigio de nuestra Se– ñora, y de la gran santidad, junto con las gracias y (1) Cartas de conciencia , 1 de □ gosto de 1797.