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- 34- poco de hilo cuando Sé necesite; papel, algunos cua– dernillos (sin recurso) para los sermones, etc.; un tintero basto con una o dos plumas, sin navaja para cortarlas ni salvadera, pues para enjugar lo escrito puede servir un papelillo con polvos o tierra . Siem– pre que para alguna cosa sea necesario recurso, ca– recerás de ella por no pasar por este, o te provee– rás de materia grosera o aunque sea bastísima, si para el caso se encuentra que pueda suplir la nece– sidad. En fin, en esta virtud has de ser esmerado con todo extremo, pues fué la esposa regalada de N. P. S . Francisco, y, lo que más es, de N. Señor Jesucristo y de su dulcísima ¾adre . En la virtud y guarda de la castidad serás vigi– lantísimo, ocurriendo aún muy de lejos a cualquier peligro o asalto, cerrando las puertas y ventanas de los sentido,; para evitar iodo daño, principalmente el sentido de la vista en que serás recatadísimo. Hui– rás por tanto de toda ociosidad, ocupando el pensa– miento con santas meditaciones o discursos provecho– sos y el cuerpo con alguna ocupación . Esta es una flor tan delicada, que sólo se conserva entre espinas;: y, pues esto es así, tratarás de no dar gusto al cuer-· po que pueda ser ocasión de peligro, siendo parco, en la comida y constante en no gushir el vino u otro, licor semejante, no sólo por la salud del cuerpo, sino• mucho más por la del espíritu, pues en el vino, como dice el Espíritu Santo por S. Pablo, (ad Eph . 5-18) está la sensualidad y la lujuria . Serás, asimismo, puntual en las mortificaci ones y austeridades que te permitieren de las señaladas adelante; y sobre todo– en el trato con mujeres, aun en el confesonario (si lo permitieren) y si no, antes de llegar a confesarlas te armarás de algunos ofensivos de la carne, para precaver todo daño y riesgo en el ejercicio de oir confesiones.

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