BCCCAP000000000000000000000177

-555- sin conocer lo que era, no podía dudar que era de Dios y de mucho bien para mi alma. Pasaba aquello prontamente y volvía a quedarme como antes. Siem– pre que esto ha sucedido, he pensado para mí que, si yo hubiese continuado fielmente aquel tenor de vida mortificada y recogida con que empecé, cuando su Majestad me convirtió, y si hubiese emprendido con ánimo constante y generoso la vida espiritual y mística, tendría o recibiría entonces una nueva cua– lidad sobrenatural, que me aproximaría más a Dios y me haría practicar las virtudes en modo más perfec– to. Pero de todo carecía, porque de todo me hacía indigno mi mala correspondencia o mi estolidez. Es– to me sucedía y lo pensaba aún en tiempo de mi V. P. González (q. e. p. d.) y ¿podré yo prometerme, después de tanto el bien que usted me anuncia? Es verdad que por su infinita bondad nunca me ha falta– do ese deseo, ni la rectitud y pureza de intención, la verdad del corazón, y el temor continuo de mi in– constancia y de mi reprobación, que tengo sobrada– mente merecida. No ha habido cosa grande ni peque– ña, en que haya dejado de temer y clamar a Dios no permita que me pierda. Mas ahora que usted lo dice, no temo. Digo con verdad: Paratus sum et non sum turbatus uf custodiam mandata tua. Ecce ego quia vocasti me. Resta sólo hablar del convento a que usted se ha inclinado. Estoy ::ierto de que si viviese usted entre nosotros o penetrase nuestras interioridades, desa– probaría tal elección si fuese mía. Para mi regulari– dad, le digo la verdad, y retiro ninguno como el de Casares; pero de esto no hablemos. Mejor sin com– paración me estaría el de Marchena, de igual y aun de mayor observancia que el del Castillo. Mas ni en el uno ni en el otro me conviene vivir de familia. Muchos son y poderosos los motivos que tene-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz