BCCCAP000000000000000000000177

- 554- do ni he pasado por las purgaciones activas y pasi– vas del sentido y del espíritu, ni he practicado cosa alguna de cuantas se dicen que anteceden precisa– mente a la contemplación y unión con Dios! Esto y mucho más que no acierto a explicar ni a comunicar, se me ocurrió prontamente al pensamiento; mas con tanta paz y seguridad cuanto puede usted colegir de que no me ha resultado la más leve desconfianza, pusilanimidad, ni desaliento, antes bien todo lo con– trario. Porque pasadas 24 horas o cerca de esta dul– ce sorpresa (no me ocurre otro término con que ex– plicarme) y como volviendo en mí, sintió mi alma una repentina e intantánea conmoción que en aquel casi imperceptible instante le pareció que hacía de sí un absoluto y completo sacrificio al Señor para hacer y seguir fielmente su santísima voluntad, con los afectos de humildad, amor, esperanza, gozo y agra– decimiento. Cómo sea esto, usted lo entenderá, aun– que yo no lo sé decir: sólo sí digo que me ocurrió desde luego para explicarlo aquello de los Cantares: Anima mea fique/acta est ut dilectus locutus Pst. Alguna otra vez que lo reflexiono suele conmover– se mucho mi insensibilísimo corazón, pero siempre son movimientos instantáneos, bien que de buenos efectos. Ahora, pues, Padre de mi alma, ¿es creible que este aborto del abismo y esta bestia con figura de hombre es llamado a tanta felicidad? ¿Yo? ¿Y a tan– to? ¿Y de un salto sin pasar por el camino? ¡Dios mío, hasta dónde llegan vuestras misericordias con -este mónstruo de la ingratitud y de la maldad! De– jemos esto, porque ni sé lo que digo ni donde estoy. Tengo observado en diferentes tiempos de mi vida, que en medio de mi disipación, obscuridad, o, por mejor decir, de mi tibieza, indevoción, falta de reco– gimiento, advertía no sé qué novedad interior, que

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz