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- 548-- do durante tres horas, produciendo innumerables destrozos y arrasando las cosechas de todo el con– torno. El Beato Diego, que estaba en oración arrodilla– do en el púlpito, se levantó, poco después de caer el rayo, y dijo, levantando las manos y los ojos al cielo: -Soseguémonos, hermanos míos, pues no ha su– cedido ninguna desgracia, y demos gracias al Señor que, por su infinita misericordia, ha suspendido por ahora la ejecución del castigo que nos tenía prepa– rado. El rayo cayó en la torre , penetró por el reloj y el cuerpo de campanas, horadó la bóveda y arrancó una gran piedra, fundió todo el dorado del altar de S. Cristóbal , siguió a un ricón y salió por la puerta principal, derribando un pedazo de quicio. Todo lo que encontró quedó destrozado. Y con hacer tantos destrozos y estar la Iglesia completamente llena, (se calcula que había cerca de 2.000 personas) no hizo daño a nadie . La piedra cayó a plomo al lado de un altar, sin causar tampoco ninguna desgracia. El día 7 de marzo, se hizo una solemnisima fun– ción con Te Deum, en acción de gracias, a la que asistió todo Morón y los pueblos comarcanos, y, con– cluida la novena, al domingo siguiente, se hizo una procesión solemnísima para trasladar a la imagen del Señor a su ermita, llevando la piedra a hombros, detrás del Cristo, Fr. José de Málaga. Una inscrip– ción se puso desde entonces para perpetuar este mi– lagro, cuya fama de divulgó por toda Andalucía. (1) Enfermedad en Ronda.-Nuestro Apóstol se volvió a Ronda, y allí sufrió una enfermedad, que lo puso a las puertas de la muerte. « Yo llegué a esta (1) Cardenal Vives, pág. 213.

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