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-33- En los tres votos has de ser puntualísimo: en la obediencia tan rendido y pronto, que obedezcas, no sólo con la voluntad, sino con el entendimien– to juntamente, y no sólo a los Prelados, sino a todos y a cualquiera que quiera mandarte, sea quien fuere, pues debes suponer que todos son tus supe– riores, y que has venido a la Religión a servir a todos, como vino N. S. Jesucristo al mundo, a ser– vir y no a ser servido; y así por repugnante que se;1 ;Ja cos;1, hc1s de cerrar los ojos, los oídos y la boca, y obedecer, no sólo de pies , sino con las manos y la -cabeza. En la santa pobreza ha de ser tal tu esmero y -cuidado, que imites en cuanto puedas a nuestro glo– rioso P. S. Francisco, esforzándote en carecer de lo necesario, de que sin ofender a Dios se puede pade– •Cer penuria. No has de tener más alhajas que lo que concede la religión p1 ecisamente: el breviario, sin diurno ni semanero, el Santo Cristo, unas pobres suelas, un sol o remendado hábito , pidiendo licenci a para no admitirlo nuevo , ni tampoco el manto, sino igual al hábito, dos pafios menores, pobres y gro– seros, y un a o dos cuerdas bastas con si mpl es nudos. En la celda no ha de haber más alhajas que unas ta– blas con las mantas viejas y almohada de paj a, algu– nos libros de la librería y ninguno propio, salvo si por algún tiempo te permitiesen el uso de estos po– quillos, los papeles de los sermones y otros manus– critos. El chocolate de ninguna manera lo usarás, y si tal vez el Prelado te mandare admitirlo, con su li cencia lo repartirás a los religi osos y enfermos po– bres y necesitados . Acué rdate de que el V. P. Fray Andrés de S. Pedro Nolasco (que murió en tu tiem– po en Cádiz) no lo tomaba, porque decía que no era comida para pobres. Unas tijerill as pobres bien podrás tener, con una aguja para remendar y algún

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