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- 53f! - Vllelto a Ronda, hizo los ejercicios espiri t uales a ntes de la PL1rísima y se preparó pa ra predicar la novena de la Paz . «Ayer escribe-concluí la novena de nuestra Madre Santísima de la Paz, cuyas pláticas ha sido Dios servido hayan sido dich ,s con bastante ardor o eficacia, así en el modo como en la instancia y en la interior devoción o moción mía . Sea Dios bendito; mas como pasa el bL1en grano por manos tan sucias y leprosas, no se advierte el fruto. » (!) l 7? ¡; V isión de J¡¡ torre. - Por este tiempo tuvo el Siervo de Dios la visión siguiente : «La noche del 3 1 del pasado (enero) después de una penosa pesadilla, en que se me figuraba acometerme en varias figuras el enemigo, de l qu e me defendía con el Gloria Pa– fri, nombre santísimo de J es!Ís etc., 111e quedé dor– mido otra vez, y soñé que, después de haber cami nado por sendas extrañas y nada trilladas, como que iba de viaje a Misión, me ha llé sin saber cómo en lo alto de una elevadísima torre, puesta en una ladera o despeñadero, por cuya profund idad corría un río. Fué indecible el sustó que me sobrecogió, por– que parecía que ya yo iba a caer de la torre. Al lado de esta había un ed ifi cio magnífico y más alto, don– de se me figuraba que había religiosos, y desde mi peligro daba voces al Prelado que me socorriese, lo que sólo podía ser a costa de hacer una andamiada -que ocupase el despeñadero, la torre, etc., y me pareció que respondían , mas no entendí qué. A muy breve espacio me hallé dentro del torreón, que era a la manera de los que aun hay en algunas partes de los que dejaron hechos los moros; mas no tenía es– -calera ni cosa alguna interior, ni exterior por donde bajar ni subir. En esta confusión, rep aré en una ven - (1) Cartas de conciencia, 31 de enero de 1797.