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-32- tenacidad y exactitud, no faltando en cuanto es de tu parte a acto alguno de Comunidad, pues en elia,y no· fuera, asiste Dios. Debes con esto huir toda particu– laridad y exterioridad, porque el espíritu de singula– ridad indiscreta más destruye que edifica al prójimo. Esto no quita que, retirado siempre y recogido– en lo interior de tu alma, trates allí con Dios a tus. solas para merecer oir su dulcísima voz y saber su santísima voluntad, para ejecutarla con puntualidad; y pues esta es tu santificación: Haec est voluntas Dei sancti/icatio vestra, procura comp1irla en un todo, procurando subir a la cumbre de la perfección por el ejt:!rcicio de todas las virtudes, esmerándote niás y más cada día en su práctica, para llegar , me– diante Dios, a lo sumo de cada una, si posible fuera. Para esto debes tener siempre presentes los con– sejos evangélicos , leyéndolos y meditándolos a me– nudo para su mejor observancia; y esto, no así corno quieras, sino corno si fuesen preceptos que te obli– gasen a su guarda, haciéndote cargo que para tí ni en esto ni en otra cosa hay parvedad de materia, o, falta alguna ligera, sino corno si cualquiera transgre– sión fuese una grave culpa, así debes procurar eh evitarlas y corresponder a tu vocación, como que sa– bes a lo que fuiste llamado, los propósitos que con la gracia de Dios hiciste, y los intensos y fervoro– sos deseos que te dió el Señor de que le sirvieses con toda perfección: por lo que debes ejercitarte en toda virtud, viviendo cuidadoso de adquiri. las todas, buscando en esto sólo la gloria de Dios y de su San– tísima Madre, en cuyas manos y corazón pondrás así este negocio como todas tus cosas. Para esto has de tener distribuido el tiempo en buenos ejercicios, procurando estar siempre ocupado, en Dios, por Dios o para Dios, en cuanto lo sufre la humana fragilidad.

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