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• -536- etc .: Es cierto que no me conformo con las opiniones del R. P. Esquive!; mas no lo es que yo haya escrito en contra ellas, y mucho menos firmado papel alguno de acusación contra dicho Padre. V. P. puede venir a verme cuando guste, seguro de que le recibiré con preferencia a todos cuantos pudieran embarazar la conferencia que desea tener con su capellán FR. D1Eoo j 1JSÉ nE CA01z. » La controversia cesó, y el Rvmo. P. Company, a quien se remitó copia de esta carta, ordenó que al P. Esquive! no se le causase la menor molestia . (1) Restablecido en Ronda algún tanto de sus males nuestro Beato Diego, le permitió el Padre Provin– cial predicar algunos sermones, y empezó predican– do la novena de Ntra. Sra . de la Paz: «He predicado -escribe-toda la novena vespertina de Nuestra Señora de la Paz, y además dos funcion::s de lama– ñana . En aquella, fué la idea de proponer la plenitud de gracia de la Santísima Virgen, como lo explica San Buenaventura, y por moralidad los diez manda– mientos de la ley de Dios. Su Majestad ha querido que hable con algún impulso y eficacia, y que no me haya cansado mucho ni experimentado quebran– tos notables en las fuerzas. » (2) Dios no quiso que saliera de Ronda, porque la señora de la casa donde se hbspedaba estuvo muy grave y hubo de ser viaticada. El Beato Diego, al par que la asistía, predicó durante la Cuaresma los domingos por la tarde, tres pláticas en el septena– rio de Dolores, el sermón de esta festividad y el del (I) Archivo Ibero-Americano, aiio XI. Er.ero-febre– Hl24, número LXI, págs. 64-95. (2) Cartas de conciencia, 5 de febrero de 1796.
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