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-521- da de un rayo en el año pasado; pero la asistencia nos la ha obligado a tener en el Palacio de su Ilustrí– sima . Ya conocerá usted por todo esto que me ha ser– vido de regla la que recibí en Sevilla al pasar por allí, y que no he tocado en Badajoz ni en los pueblos de Extremadura, donde temía que nos detuviesen.» (1) Misión en Bayona y en Vigo. - La Misión de Tuy-añade en otra carta-fué sólo de ocho días y nos han asegurado se sacó de ella mucho fruto. De allí pasamos a Bayona, y prediqué tres días en la Colegiata, otros tres en la villa de Vigo y uno para servir a un fuerte empeño en el lugar del Porriño, con lo que concluimos en aquel Obispado. » (2) Misión en Santiago de Compostela. - Concluí-· das las Misiones en la diócesis de Tuy, se dirigió el Beato Diego a Santiago de Compostela. El nuevo Santiago, en frase de León XIII, fué a postrarse an– te el sepulcro del Santo Apóstol, como lo había ar– dientP.mente deseado. ¡Cuán amenazada estaba la fe que el Apóstol de Cristo trajo a España! El Beato Diego oró allí, gimió, con el corazón c0ntristado de ver los estragos de las malas doctrinas, y le pidió– con toda su alma por la salvación de España, sobre la cual estaba aplazada solamente la ira divina. El Arzob ispo de Santiago, al verlo se arrojó a sus pies . Lo mismo se hizo el Beato Diego, y des– pués se dieron los dos un abrazo. La Misión empezó, como escribe el Siervo de Dios: «Seguimos luego a este Arzobispado de s~ntiago, entramos por la gran villa de Pontevedra y prediqué allí cinco días. Concluidos, pasamos a la capital, en la que fué de diez días la predicación, destinando las mañanas para los eclesiásticos, a los que por algunas funciones de (1) Cartas de conciencia, 15 de noviembre de 1794. (2) Cartas de conciencia, 31 de diciembre de 1794..
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