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-519- Oigárnosle a él relatar su viaje y las ocurrencias en el camino: «Acabo de llegar a esta ciudad (Tuy) en la tarde de antier, primer pueblo de este reino, donde hemos entrado, después de haber atravesado casi todo el de Portugal y gastado casi tres semanas en el viaje, desde el 18 de octubre, en que salimos de Sevilla, hasta el 13 del corriente. Las jornadas han sido, como usted me previno, comunmente de cinco leguas, algunas de cuatro, tal cual de seis o poco más, y pocas de tres o de dos y media, según que se proporcionaba el lugar para hospedarnos. Casi todo lo he hecho a pie, y algún día tomaba el cor– to alivio de montar un rato, lo que ha sido porque la bestiecita que traernos no podía con tanto; pero los compañeros la han usado un poco más. En esto y en lo demás he tocado como de bulto la asistencia de Dios, porque no me he cansado, co– mo en lo natural parece preciso; y &unque las llu– vias y asperezas de los caminos parecen que nos de– bían ocasionar una fatiga extraordinaria, no ha sido así , bendito Dios, sino muy al contrario. Su Majestad se ha dignado concederme que ni aun levemente se haya afligido ni conturbado el in– terior, y que con facilidad se lo haya ofrecido todo con actual reflexión y buena voluntad, que siempre he procurado unir con la suya santísima y con res– pecto al fin a que nos envía. He procurado guardar silencio continuo sin dejar .de contribuir a lo preciso, trabajar algo por la nega– ción propia y por quebrantar mi genio, aunque no tanto como debía, y proponerme me sirviesen estos días como ejercicios, singularmente los últimos diez o doce. Hemos descansado tres días, uno en Villavi– ciosa, otro en Coimbra y otro en la ciudad de Oporto .

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