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- 517- Beato admitió gustoso el hospedaje. Llegó la hora de comer y les sirvieron un dornillo de coles con tocino, puesto sobre una silla, porque no había otra mesa. Los Iechoncillos que olieron el guiso, acudieron presurosos a las coles, y querían meter el hocico en el dornillo. Procuraba el labriego separarlos, mas el Beato lo impidió diciendo: -Déjelos, hermano, que son criaturas de Dios, y para todos hay. Y partía con ellos la comitla. Al reanudar su via– je, decía al donado: - Crea vuestra caridad que he comido hoy más contento que cuando lo hago en la mesa de los seño– res Obispos. ¡Vaya que los lechoncillos han tenido buen día! Al llegar a Oporto, se dirigieron a un convento ·de P. P. Descalzos. Los compañeros iban delante y él se quedó atrás. Pasaban los compañeros, y nadie -hacía caso; mas, al pasar el Beato Diego, dejaban ·sus oficios, hincaban la rodilla, lo miraban y remira– ban , y sin saber cómo se iban tras él. Cuando llegó al convento, llevaba detrás más de doscientas per– sonas. (1) Desde el 18 de octubre al 13 de noviembre duró ,el viaje, sintiendo en todo él la providencia de Dios, pues a pesar de tantos trabajos, fatigas y necesidad, la delicada salud del Beato, que hacía temer a los religiosos de la Provincia le costase esta excursión la vida, no se resintió mucho, y pudo empezar sus tareas, comenzando por Tuy. (1) P. Miguel de Otura-Resumen de la Vida del V. P. Diego J. de Cádiz-Manuscrito-(Archivo del !Beato Diego.)

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