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-512- con la condición de que España hiciera penitencia. Desde entonces fué mejorando la situación hasta la paz de Basilea, (22 de julio de 1795) por la cua l Francia evacuaba los territorios de la Península, a cambio de la cesión de la parte española de la isla de Santo Domingo. (1) Esta confidencia se la hace el Siervo de Dios a su gran amigo, el Padre Francisco de Asís González: «Por fin, hermano mío, va a tener efecto la Misión de Galicia, Dios mediante. Así me lo avisa mi Director que Dios lo quiere, para que clame en todas partes: Poenitentiam agite , porque, con la precisa condición de que la hagamos verdaderamente, se ha suspendido, por respeto a los diez justos, el a;;;ofe exterior, y el interior de la lzerejía con que íbamos a ser ai ruina- · dos. ¡Sea bendita para siempre su bondad! De Castilla me dice un varón ejemplar, insigne Misionero, (2) que un alma llena de caridad dijo a o su divina Majestad aquello: Aut dele me de libro vitae etc., y que ha concebido grandes esperanzas (1) Toda la preocupación del Beato Diego fué el peligro que pudiera co rrer la fe católica en la Isla de Santo Domingo. Escr;biendo a su amigo el P. Francis– co de Asís González, dice lo siguiente: «Mucho me ha consolado la noticia de los Misioneros y de sus Misio– nes. Pero ¿quién la hará en la Isla de Santo Domingo, cedida a los franceses? ¿Quién predicará en aquella Catedral Primada de las Américas? ¡Santo Dios! ¿Vues– tra casa y pueblo dado a vuestros enemigos? E.rurge , Domille, adjuva !los, et libera !los propter llome!l tuum . Al cabo de poco de más de un siglo, en 1909, sus mis – mos hermanos, los Capuchinos de Andalucía, se esta– blecen en Santo Domingo, donde la Providencia ha ve· lado por la fe de los dominicanos, y llevado a los nues– tros, que han dado un gran impulso a la fe y a la pie– dad, para realizar los vehementes deseos del Apóstol de Andalucía. (2) ¿El Padre S antander?

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