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- 510 - gar de volverte a Dios, le irritas y le provocas con– tra tí. Pues teme igual desastre al de aquellos malos israel itas, a quienes amenazó y castigó el Señor, porque, sabiendo la aflicción y los quebrantos de mu– chos de sus hermanos, se dieron a las delicias de la música, de la diversión y de los convites: Vae qui canitis ad vocem psalterü.. , bibenfes vinum in phialis.. . et nihil pafiebantur super confrifionem joseph. » (1) Las circunstancias habían variado, y el Beato Diego hablaba ya sin embozo contra la impiedad rei – nante. Cada sermón era un mazazo en la cabeza, di– rigido a los errores modernos. El error y la licencia volvían a hacer estragos en el pueblo católico, que sólo pensaba en divertirse. Ya veremos con qué pro– fecías más terribles vino a aguarles tantas diver– siones. Cansado y enfermo, se retiró a Ronda . Allí lo tuvieron que sangrar y empezó a tomar los baños. El tiempo que podía lo dedicaba a escribir la 'anterior oración fúnebre y los demás escritos que traía entre manos. Su interior se retrata en estas líneas de una de sus cartas: «En estos días pasados y hoy han sido muy vehementes los deseos de ser santo, según todo el querer de Dios, y de ser instrumento de su omni- (1) Sermón fúnebre etc, del V. Fr. Santiago Fer– nández Melgar, pág. 7. El Perfecto Religioso - Sermón fúnebre histórico– dogmático moral, predicado en las solemnes exequifls, celebradas en la mañana del día 3 de junio del año 1794, en el Convento Casa Grande de Nuestra Señora del Pópulo de los MM. RR. PP. Agustinos Recoletos Dts– calzos de Sevilla, en las honras del V.Hermano Fr. San– tiago Fernández y Melgar, de la Purificación, religioso lego, que murió en él, a 18 de enero del expresado año, cumplidos los 75 de su edad, con universal crédito y fa– má de vida santa y prodigiosa .-Tomo IV de sus obras.