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-499- dujo gran efecto en aquel movimiento patriótico, pocas veces conocido en España. Hiciéronse de él varias ediciones, con grabados alusivos a la guerra, y corrió profusamente por el ejército en operacio– nes. (1) «Memorial a Carlos IV. »- Las tropas del general Ricardos avanzaron victoriosas por el Rosellón, lle– gando hasta Perpiñán en una serie de batallas favo– rables. Más tarde hemos de ver cómo aquellas vic– torias se malograron, y a ellas sucedió la retirada de los españoles y la pérdida de Figueras, San Se– bastián, Vitoria y Bilbao. Francia, invadida por las potencias europeas, hizo un esfuerzo, contra todo lo que podía creerse, y puso en pie de guerra más de un millón de hombres, con los que derrotó sucesivamente a los ejércitos del Norte y al español lo arrojó sobre los Pirineos, penetrando, como he– mos dicho, en la Península y llegando a Miranda, hasta alcanzar la línea del Ebro. ¿Cuáles podían ser las causas de que las victo– rias se convirtieran en derrotas , en una guerra tan justa y no provocada por parte nuestra? El Padre Al– cober se impuso al Beato Diego y le mandó escribir el Memorial al Rey Carlos IV. Aunque muchos meses (1) El Soldado Católico en guerra de religión– Carta instructiva ascético-histórico-política, en que se propone a un soldado católico la necesidad de prepa– rarse, el modo con que lo ha de hacer y con que debe manejarse en la actual guerra contra el impío partido de la infiel, sediciosa y regicida Asamblea de Francia, -Escribíala el P Fr. Diego José de Cádiz, Misione– ro Apostólico del Orden de Menores Capuchinos de N. S. P. S. Francisco de la Provincia de Andalucía, a su sobrino D. Antonio Jiménez y Caamaño, soldado distinguido voluntario del ilustre y antiguo Regimiento de infantería de Saboya. - Con licencia.-Ecija, por D. Benito Daza. - Año de 1794.

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