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CAPÍTULO IV Cádiz . - Método de vida. - Dirección del V . P. Miguel de Benaocaz . - El Febronio. Como aun no había terminado sus estudios, volvió de nuevo a Cádiz para terminar el curso de 1766. Nada santifica tanto como e l sacerdocio, y la grada sacerdotal iba cons iguiendo en él tantos triunfos, que espanta el método de vida que empezó. «Ll e– gó el tiempo de ordenarme de sacerdote- escribe al P. Alc11ber-y, verificado con dispensa de la edad, se dignó el Señor darme reso lución efi caz, pe– ro quieta y apacible, para emprender una vida espi– ritual, retirada y penitente. Con su gracia lo hice así; pero sin tomar Director, porque ignoraba estas cosas. Me apliqué a la oración y a la lección espiri– tual. En esta experimentaba buenos efectos; pero mayor en leer la Sagrada Escritura . La oración fu é desde luego amarga, llena de oscuridad, de sequeda– des y de tristezas; pero tan aficionado a ella, que no tenía aliento para omitir las tres horas que comun– mente gastaba en ella. (1) Método de vida. - Para formarse una idea del mé– todo de vida que se impuso, nada puede darla mejor que el cuadernito de Máximas, encontrado despw:s de su muerte, y que vamos a transcribir ínteg ro . El lector nos perdonará lo difuso de él, en gracia a la luz que arroja sobre su vida. (1) Cartas de Conciencia al P. Alcober, pág. 34.

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