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-485 - tanto para ofrecerme, como para decirlo a usted, para que Dios le dé luz de lo que me espera o se digne mandarme trabajos contra la estimación, etcre– tera, me ayude con sus oraciones y doctrinas, a fin de que no malogre mi alma tanto bien. Lo deseo, pero sin que dé yo la causa con culpa alguna. Dios cumpla tn mí su santísima voluntad. )> Misión en Moron. -Al terminar el verano hizo por septiembre Misión en Morón de la Frontera. ))La Misión de Morón-escribe-fué fortísima y de grande vehemencia, así en lo material de la predica– ción, como en la sustancia de los asuntos y materias. Una noche me bc:tjé del púlpito sin hacer el acostum– brado acto de contrición, concluyendo con el: Imple– te nzensuram patmm vestromnz. Los efectos fue– ron algo favorables, aunque no tanto como apetecía, porque al fin, en el día después de la Misión y último de septiembre, se juntaron en casa de un cE.ballero todos los demás, en señal de reconciliación. Les hi ce una eficaz exhortación a que fuese de corazón lo que exteriormente hacían, porque de lo contrario, todo lo perdían. Parece quedaron reconciliados; no sé lo que sucedería después. Estando allí me avisaron del convento de Sevilla fuese a suplir por el predicador del día de N. Padre S. Francisco. Fui, en efecto, a toda prisa; prediqué del Santo y me embarqué para S anlúcar, donde estuve una noche y despaché con el Excmo . Sr . Arzobispo de Sevilla algún encargo que llevaba, y a la mañana siguiente salí para el Puerto de Santa María, donde ya me aguardaba mi P . Provin – cial pasado, para el encargo de la reunión premedi – tada )) . (1') Tercera Misión en Córdoba.- A esta Misión si – guió la de Córdoba . De esta Misión no nos han que- (1) Cartas de conciencia, en 23 de octubre de 1792
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