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- 483 - iv1iras, Ex-Prior de la C9Sa Grande de Ntro. P. San Agustín de Sevilla, de admirable conocida sabiduría, por quien, oídas las genuinas expresiones del refe– rido portentoso suceso, cruzó devotamente sus ma– nos, y levantando sus ojo:; enternecidos al cielo, bendijo a Dios, que con tanta solemnidad glorificaba aún en este mundo a sus siervos .» (1) Estos y otros prodigios se registraron en la ter– cera y última Misión de Sevilla . Como puede verse, por los puntos tratados en ella, el Beato D ieg0 José de Cádiz anunció ya con clarividencia profética los males que amenazaban a España. S on ya los últimos días de la España antigu'I, y e':itá próximo el estalli – do de la revolución del 93, que va a (ib rir una nueva época en la historia y traer sobre España una serie interminablé de desgracias. Panegírico de la Misercordia. -DeSevilla pasó a Ronda, a predicar en una Misa nueva, y de allí a Má– laga, donde predicó un o de sus mejores panegíricos a la Hermandad de la Misericordia. Es un tratado perfectísimo de las obligaciones de los ricos, b<1sado en la Sagrada Escritura y los Santos Padres, cuya lectura produce asombro . ¡Ojalá leyeran todos los ricos este panegírico verdaderamente áureo! (2). tl) P. Luis Antonio de Sevilla, pág. 51-1. Historia de la vida interior y exterior U(~I Bto. Diego J. de Cádiz, por el P. Alcober, pág. 380 (2) Excelencias de IR misericorrliA para con los pobres enfermos. -Sermón-panegirico-histúrico-moral. que en la solemne función que hicieron en la lg-lesia del Convento del P . Santo Domingo, Orden de Predicado– res, /os individuos cte la nueva y V. Hernrnndad de la Misericordia con los nobres enfermos, sita en el barrio del Perchel de la M N. y M. L. Ciudad de Mt'1laga, en acción de gracias por haber conseguido del Rey N. Se– fior D. Carlos IV, (que Dios guarde), la correspondien-

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