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- 476 - sar del éxito indiscutible de su predicación sobre– natural! Había empezado el año 1792, predicando la no– vena de Ntra. Sra. de la Paz, como acostumbraba todos los años. En este le compuso y publicó una bellísima novena, en la que está retratada toda la ternura que le profesaba y su admirable y profunda, sabiduría. (1) Después predicó tres días en Ecija, en las grandes fiestas anuales de las Cuarenta Horas, y desde allí salió para Sevilla, para empezar la Misión, el día 7 de marzo. «Antes y después de emprender mi viaje a Ecija -escribe a su Director-y aquí, fueron fortísimas las repugnancias y congojas que me acompañaban; si-– guieron éstas con fuertes desganos y oscuridades para la predicación hasta la hora de predicar, en que un rato antes iban ocurriendo algunas especies a fuerza de estudio y de mil dificultades. Prediqué los tres sermones de Cuarenta Horas en Ecija, ayudan– do Dios visiblemente. Me vine acá imnediatameme, y continuando la misma oscuridad y tinieblas con crecidos interiores desganos. T ercera Misión en Sevilla.-EI Excelentísimo Sr. Arzobispo dió parte al Ilmo. Cabildo de la Mi – sión que pensaba, y éste le respondió, que, no sólo le parecía bien, mas que ofrecía la Iglesia Catedral y el púlpito principal p~ra ella, y asistir todo de Comuni– dad , ejemplar que jamás ha tenido semejante, pues cuando más lo han concedido en el trascoro al Re- (1) Novena a Nuestrá Señora de la Paz, etc. por ef M. R. P. Fr. Diego José de Cadiz, Misionero Apostó– lico del Orden de Capuchinos, de la Provincia de la In– maculada Concepción de Andalucía. . Los ejemplares de esta novena son muy raros. El que nosotros conservamos, de la primera E:dición, care– ce de portada, y por esto no hemos podido insertarla .

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