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-464- la Real, donde se halla, para B. L. M. y expresarle de este modo mi agradecimiento a lo mucho que le debo. Dicho pueblo dista de aquí cuatro leguas lar– gas. » «Yo sigo ahora regular, a Dios gracias, y en mi juicio, bueno de salud, lo que ofrezco a la dispo– sición de ·usted para que se sirva de ella como guste. » (1) Oración fúnebre del V. P. Cristóbal Angulo . - Volvióse después a Ronda, y allí pasó el verano, aten– diendo a su curación, hasta principios de septiembre, en que salió para Morón a predicar en las Honras fúnebres del V. P. Cristóbal Angulo. «Llegó el día de escribir a usted-dice a su Di rector -para avisar– le lo ocurrido desde mi última hasta hoy. A princi– pio de septiembre me fué preciso pasar a Morón, lla– mado segunda vez de los señores en cuya casa me hospedo, cuando paso por allí, para asistir en su muerte a un ejemplar eclesiástico anciano de la fa– milia; pero tuve la desazón de hallarlo difunto cuan– do llegué. No obstante, me detuve allí algunos dias hasta predicarles las honras, para las que, a costa de eficaces empeños, consiguieron la licencia que a mí me negó el Padre Provincial pasado. El tema fué: Hamo iste justus et timoratas et Spiritus Sanc– tus erat in eo; y la idea que fué un perfecto sacer– dote en la santidad de su vida y en las gracias con que le enriqueció el Espíritu Santo. Este le estoy ya extendiendo para la prensa, aunque va con la lenti– tud que todas mis cosas, porque se interrumpen con las muchas que ocurren. (2) La oración fúnebre del V. P . Cristóbal Angulo Berrio y Cevallos, J:¡onra del Clero de la Archidióce- (1) · Cartas de conciencia, 15 de junio de 1790. (2) Cartas de conciencia , 25 de octubre de 1790.

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