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-452- CONCLUSIÓN A un gallego ajumentado, Sin quitarle el aparejo, Cuando ya borrico viejo, Lo han de nuevo aparejado. El que se vió así tratado, Se pensó que era hombre-rico, Y, abriendo al punto el hocico, Quiso hablar y rebuznó, Y con esto descubrió QuP. era gallego y borrico. Esta encantadora humildad y buen humor res– plandecían en las bromas que le gastaban en los re– creos, a los que siempre correspondía con expresio– nes semejantes a las citadas, hijas del desprecio a sí mismo. Consiguió, pues, que de estos honores no se hiciera caso. (1) En este tiempo la Provincia, valiéndose de su influencia, pidió a Roma que se concediera el Oficio y Misa de la Divina Pastora, lo que hacía tiempo se venía procurando. Enternece la solicitud del Beato, buscando recomendaciones e interesando a sus ami– gos para que contribuyesen a los gastos que esto ocasionaba. Mas esto lo trataremos más adelante, en el capítulo consagrado a su devoción a la Divina Pastora. (1) «Item Se leyó una humilde súplica de N. M. R. P. Fr. Diego José de Cádiz en que pedía no le obligasen al uso del privilegio del Ex-Provincialato concedido pnr N. Rvdmo . P. General. El R. Definitorio vino en con– ;solar a S. P. M. R en esta súplica, y, en virtud de esta disposición, le despacha N. M. R. P. Provincial un de– creto para que ningún Prelado le obligase a la prece– dencia, a la exención de hebdómadas, ni a la exención de Misas de Provincia ni a otra cosa alguna que pudie– re juzgarse concerniente a dicho título de Ex-Provin· cial. »-Libro de Decretos de Provincia, fol. 9.

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