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-439- Tres aI'íos, los del provincialato del P. Francisco José de Cádiz, duró este retiro. El Beato Diego lo soportó con resignación y alegría, pero al mismo tiempo con la amarga duda de si sus pecados serían la causa de su apartamiento del ministerio. AI'íos más t arde, el mismo P. Francisco José de Cádiz lo espe– ró en el Pu erto de Santa Marí"I para dar sus excusas al Beato, y, según éste, le «demostró como la luz la rectitud, justicia y verdad de su proceder, así en el tiempo de su provincialato como después .>> ( 1) Esto da a entender que fué demasiada la insistencia del P. Francisco de Cádiz en separarlo del ministerio, pues no hubiera debido ignorar, una vez repuesto el Siervo de Dios, lo que decía el P. González: que el Beato Diego se curaba predicando. Veamos ahora los documentos que nos revelan el interior del Siervo de Dios: «El día de la Ascen – sión-escribe-estu ve en Ubrique con mi Padre Pro– vincial. Tratamos de mis destinos, y resolvió que, hasta nueva orden suya, me fuese al convento de teristico de su apostolado, y llegó tiempo de que sus trabaj os apostólicos se redujesen a sólo el ejercicio de estas sencillas palabras: Fi!io/1~ di!igile a/terutrum. Más importa la conservación de la vida de este Reli – gioso en moderados trabaj os, que el que en muchos se nos desapan,zca en un pronto. Espero de la bondad de V. E. esta gracia, y ofre– ciéndome a sus superiores órdenes con todas las veras de mi corazón. quedo r ogando a Dios guarde la amable importante vida de V. E. muchos alios en su mayor grandeza para bien de su Iglesia Santa.-Capuchinos de Cádiz, 25 rle enero de 1788. Excmo. Sr.: B L. M. de V. E .. su más reconocido sevirdor · FR. FRANCISCO J OSÉ DE CADIZ. PROVINCIAL (1) Cartas de conciencia, 23 de octubre de 1792.

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