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-430 - ce no es perdido, especialmente en punto a libros malos . Sea Dios glorificado por ello. > (1) El día 4 de mayo salió nuestro Beato para Tota– na. S ólo estuvo allí dos días, y predicó cuatro sermo– nes a grandes ·concursos de la ciudad y sus cerca – nías, que vinieron en Rosarios y procesiones, lo mismo que en Murcia. De Totana pasó con sus compañeros a Larca, el 7 de mayo, y se hospedó en el convento de los PP. Observantes. Predicó hasta el dia 13 unos catorce sermones. «En esta Misión,-como dice un biógra– fo,-se reconciliaron muchos enemistados y hasta aquellos que se resistían, bien que otros huyeron de oir al santo Misionero por no verse convencidos pa– ra deponer su enojo, concitándose la ira de Dios, que vino sobre ellos de muchos y varios modos, hasta casi desolar la tierra con la muerte de muchos de sus habitantes el año de 1802. Hasta este tiempo esperaba la misericordia de Dios, deteniendo el ri– gor de su justicia para que reconociesen sus peca– dos e hiciesen penitencia de ellos, y no se burlasen por más tiempo de las amonestaciones que con celo apostólico el Beato Diego les había hecho en su Mi– sión. » (2) Acabada la Misión de Larca, pasó a Motril, en– trando en esta el 19 de mayo. En ella predicó 17 ser– mones con grandísimo fruto, y al terminar , fué reci– bido como socio honorario en la Sociedad Patriótica de Motril, a la que dirigió una alocución, que se im– primió más tarde. Esta hermosa alocución ofrece la particularidad de ver al Beato tratando de las ideas de moda en su tiempo sobre el trabajo , la industria, (1) Cartas de conciencia, 1 de mayo de 1787. (2) Cardenal Vives, pág. 168.

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