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-428- la Santísima Trinidad . No se borrará con facilidad la memoria de la predicación del P. Cádiz, ni Murcia tendrá jamás expresión bastante para significa r el agradecimiento que merece el bien espi ritual que le ha traído este venerable Capuchino. )) (1) En conjunto predicó 27 sermones, entre ellos cin– co pláticas al clero, obteniendo todo el fru to que va reseñado y consiguiendo dest errar las comedias y y ahuyentar a los cómicos . La ciudad acordó no ad– mitir las comedias y en la fachada de las Casas Ca– pitulares col ocó un hermoso lienzo de la Sfln tísima Trinidad . Como de costumbre , los honores concedidos al Beato fueron todos los que podrían dársele en Mur– cia. El Sr. Obispo lo hizo Teólogo de Cámara, Exa– minador Sinodal y Catedrático del Seminario; el Ca– bildo le dió asiento entre sus dignidades, con dere– cho a honras fúnebres en su fallecimiento, y acordó dar a la Comunidad de Capuchinos 100 fanegas de trigo; el Ayuntamiento lo nombró su Capellán y Pre– dicador, le dió asiento después del Regidor Decano, y acordó también dar a la Comunidad de Capuchi– nos de Murcia 100 doblones de limosna . El 24 de abril salió de Mu rcia. De esta Misión escribió lo siguiente a su Direc– tor : «La Misión de Murcia fué singular en todo; de extraordinario concurso y notable fruto, a Dios gra– cias. No digo más porqne no puedo. )) Con este laco– nismo describe él la Misión de Murcia, de la que apenas podríamos hoy formarnos idea, si no nos hn– biera qnedado la relación referida. ( 1) Relación de lo ocurrido en la Santa Misión que desde e: día 11 de abri l de l año de 1787 hasta el 22 de l mismo hizo en la ciudad de Murcia. -Tomo I de sus obras, pág. 79 y siguientes.

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