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-420- abreviar el sermón y que el P. O tura me sostuviese por la espalda. Este guiño que me ha echo mi veci– na ' o compañera ha sido notable y el gol pe más fuer– te, pues habiendo empezado la tarde del 22 y sucedi– do su fuerza-la del 23, aun no estoy perfectamente libre de él. (1) Sali ó p:1ra Orihuela el 24, donde inmediatamente empezó la Misión al clero y pueblo, monjas y cár– celes y duró hasta el 3 de abril, con los mismos con– cursos y aclamaciones . «Esta Misión-dice- la he concluido con algún trabajo, pero con evidente asis– t encia del S eñor, pues de otra suerte me parece im– posible. Aquí pasamos la Semana Santa, cuyo triduo hemos venido a tenerlo en el insigne Colegio-Semi– nario que hay aquí, y acompaiiamos al Sr. don Ale– jandro, que todos los años se reti ra estos días a esta santa casa, y en la próxima Pascua pasaremos a Murcia, si D ios no dispone otra cosa. Aquí parece ha sido el fruto copioso, a Dios gra– ci as , y que todos han quedado edificados y consola– dos asimismo_con la lluvia que Su Majestad nos ha enviado al termin arse la Misión. El Ihro. Cabildo ha tenido la bondad de agregar a este mal sacerdote al número de sus dignidades, en la silla inmediata al Sr. Dean, a su lado izquierdo. En el día estarnos trabajando eficazmente por reuni rl o con el Ilustrí– simo y que se corten los pleitos pendientes, para lo que , a nombre del Prelado, (que así me lo encargó verbalmente y después por escrito) les habJ¿ y pedí perdón en su Sala Capitular. Mas algunos pocos los veo muy fuertes para rendirse, otros no con toda sinceridad y algunos tan bien dispuestos que van (1) Cartas de conciencia, 5 de abril üe 1787.