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- 410 -- ciudad se creyó obligada a honrarle y el Ilustrísimo Sr. Obispo de dicha ciudad lo hizo Examinador Si– nodal y Teólogo Consultor en aquel Obispado. 173', - Milagro en Reus. - Por Samboy, Villafranca ~el Panadés y Valls se dirigió a Reus. Un milagro memorable señaló el paso del Beato por esta ciudad. No lejos de ella, entró en una casa de campo de su amigo D. Jaime Riscart, rodeada de hermosa huerta. No bien la muchedumbre supo que estaba allí, pene– tró en la huerta, que llegó a contener unas 6.000 personas. La huerta quedó arrasada. El pobre colo– lona lloraba amargamente su desgracia, creyéndose perdido y arruinado; pero su asombro no tuvo lími– tes al encontrarse por la mañana la huerta, como si nadie la hubiera pisado y con todas las plantas y hor– talizas intactas. Fué corriendo a dar la noticia a su amo, que divulgó por todas partes el milagro, del cual se hizo información auténtica. (1) Las hortalizas se convirtieron en reliquias, que procuraban con afán las muchedumbres. De Reus se dirigió a Tortosa, Vinaroz y Villa– rreal, donde visitó el sepulcro del Santo de la Eu– caristía, San Pascual Baylón. En él dijo Misa, con la devoción que puedt suponerse en qui2n tan devo– to era del Santísimo Sacramento. Desde Villarreal partió con sus compañeros a Puzol, donde se hallaba el Sr. Arzobispo de Valencia, y desde allí al conven– to-noviciado de la Magdalena, cerca de la ciudad del Turia. ti) Cardenal Vives, 156.-P. Serafín de Ardales.

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