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-408- Antes de entrar en Barcelona el santo Apóstol, se había hospedarlo en el convento de Capuchinos de Sarriá . Tenía precisión de componer el hábito, todo destrozado a fuerza de cortarle pedazos la mu– chedumbre, y una vez remendado, aunque duró bien poco la compostura, emprendió de nuevo el camino. E: Beato Diego en Barcelona. - La ciudad con– dal se conmovió profundamente a la llegada del Apóstol. El Ilmo. Sr. Obispo quería que predicase una Misión de cuarenta días; mas el Beato tenía ór– denes de abrevia r todo lo que pud:era, y no le fué posible. Oigámosle a él: «Después que escribí a usted desde Barcelona, ocurri ó que, obligado de las eficacísimas instancias de todas aquellas gentes, el Sr. General, la Audiencia, la Ciudad, la Nobleza, el Cabildo y el pueblo con el Ilmo., en términos que me atemorizaron con un tumulto, si, por lo menos, no les predicaba un sermón, me resolví a predicar– les cuatro días; pero en el primero, que fué el uno de este, fué tan desmedido el concurso que, compu– tándose que habría en la plaza que llaman del Pala– cio más de 50.000 personas, se vió era reducido para el audi torio que se esperaba . Esto ocasionó mucho bullicio, de modo que, ya por esto, ya por lo muy reducido del sitio, ya por lo débil de mi voz, o por todo junto, me despedí al fin de la plática para no volver a predicarles, supuesto que en las Iglesias era imposible, en atención a lo que en las plazas su– cedía. Con esto dispuse mi viaje a esta para el día El 27 por la tarde seguimos a una posesión junto a Esparraguera, donde pasamos la noche, que son dos y media. El 28 fuimos al convento de Santa Eulalia de Sarriá por la noche, que son seis leguas y media. El 29 a Barcelona, una legua. (Diario del B. Diego.)

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