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-405- tijeras y navajas, se llevó a pedazos el manto y gran parte del hábito, con lo que pusieron al pobre F r . Die– go, que no tenía otro de repuesto, en el mayor apuro. 7 2 '7 Los tres soles .-De rodillas le pidieron los ve– --cinos de Caspe que no se marchase; pero le fué im– posible detenerse más. Todo el pueblo y las gentes de las cercanías siguieron al Beato en dirección a Mequinenza, y sería n las ocho de la mañana, cuando se dejaron ver en el cjelo tres s oles de igual magni– tud. Del que aparecía sobre el pueblo se desprendía una hermosísima ráfaga de luz deslumbradora. Los presentes 1ue daron as ombrados . El s ol siguió su ca• rrera, y los tres so les fuer on acompañándoles duran– te dos horas, hasta llega r a l ri o , que distaba una legua. ¿Fué natu ra l o sobrencttural este fen ómeno?· ;\Jos inclinamos a creer que fué so lamente natural, o sea , lo que llamamos un parhel io; pero, qu e, aun siendo natural, Dios lo ordenó para confirmar la devoción a la Santísima Trinidad, con este apropi ado símil, en aquellos pueblos, en los que, al paso de nuestro Apóstol, resonab a por toda s partet: el S anto, Santo, Santo, de Isaías. Así lo confirma e l M. R. P. Bruno de Zaragoza, en la e ru dita memori a que publicó de este célebre acontecim ie nto , y de la cual, a título de curiosidad, reprodu cimos e l grabado. (1) (1) De:scripciún JP.I fenómeno de l" s tres soles , que aparecieron en el hemisfe rin or ie11tal de la villa de Cas– pe en Aragón, la mafürn:i del día 19 de e11ero Je! aiio de 1787, y en la hor a de par ti r el Siervo de Dios Fray Diego José de Cá.:l iz por ct otros r :c in os, con un discur– so físico-astronómi co , r or el M.. R. P. Brnno de Zara– goza, Ex-Provincial de CCTp11 clt in os de Arngón, que hizo la observaci ón, a prese11 cia de numerot- n pu eblo. - Se pone_al fin una carta del mi,mo a11 to1, et.:. -Con Jicen – cia.-En Madrid. en la Imp. de la Admi nistraci ón del Real Archivo de Beneficien cia.-1\iio de 1801.

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