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-395- dito en que se hallan los préstamos a intereses, he· chos legítimamente .» Esta doctrina es herética, por– que es expresamente contra lo que tiene definido por de fe la Santa Iglesia, especialmente en el Con– cilio V1enense, y contra lo que manda Dios en su Sa– grada Escritura en diversos lugares que cité, redu– ciéndome a lo dicho con ardor y eficacia, sin exten· derme a más por el tiempo y porque no había podido leer enteramente dichos impresos; pero pedí se re· conociesen, como pedía la grave materia que trata– ban.» (1) El resultado de esto fué el que ni el Beato ni Normante esperaban.La Inquisición estaba mediatiza– da por el Gobierno, y no se atrevió sino quizá a man– dar recoger El Espíritu del Sr. Melón y también la impugnación que con este mismo título escribió el P. Jerónimo de Cabra. La tempestad contra el Bea– to la calificó el Inquisidor General de horrible. In– tervinieron en este proceso el Ilmo. P. Confesor del Príncipe, Ilmo. Sr. D. Alonso Camacho; los Arzo– bispos de Zaragoza y Sevilla y la Audiencia de Za– ragoza. En esta ciudad algunos se apartaron del Bea– to Diego, temiendo las iras de la corte. La parte contraria publicó varias cartas contra el Beato, y, en resumen, de este largo y ruidoso proceso, que duró varios años, no quedó nada más que el ruido. De bue– na gana los enemigos del Beato Diego hubieran que– rido inutilizarlo; pero el Gobierno temió, y compren– dió que, de tomar alguna providencia contra él, se le echaría encima la nación, dada la inmensa popula– ridad y fama de santo del gran Apóstol. Así, pues, fué acumulando resmas de papel, alargando el pleito, (1) Historia de la vida interior y exterior del Beato Diego J. de Cádiz , etc., por el P. Alcober, pág. 165.

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