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-391 - cesario darían su sangre en defensa de mi doctrina. Todos los PP. Curas de la ciudad, que son muchos, h3n firmado una delación que juntamente con la mía se hizo por escrito. Un catedrático de esta Uni– versidad ha escrito con mucho acierto y e1 udición otra delación separada. Su Ilustrísima lloraba de jú– bilo. Los señores Inquisidores se alegraron infinito, y por su secretario me avisaron (sigilosamente) que siguiese en hablar claro sin miedo alguno . Y por úl– timo, Padre mío, ha sido tal la conmoción, que me parece ver en cada eclesiástico un S. Pedro con la espada en mano para detener a Maleo . El Sr. Abo– gado se querelló al Sr. General, que es Presidente de esta Cancillería, y no salió bien despachado. Sus proposiciones delatadas son en substancia: 1. ª Recomendar la usura por conveniente al Estado. 2. ª El lujo necesario para los aumentos del Es– tado. 3.ª No ser convenientes al Esh1do ni a la Igle– sia las profesi ones religiosas a los 16 años. 4. ª Desaprobar el celibato del clero. Este Ilustrísimo me ha mandado ponga estas pro– posi ciones por escrito con los textos o breves razo– nes que dije para su delación en el púlpito . » (1) Terrible debió ser la humillación del Sr. Norman– te, el cual a su vez puso pleito contra el Beato. Si– guióse de aquí un proceso ruidosísimo, y corrieron por una parte la defensa del Sr. Normante y por otra la delación del Beato Diego . El Padre Alcober nos ha conservado la censura del Beato Diego a dichas proposiciones, que substancialmente debe ser el con– tenido de la delación: (1) Cartas de conciencia, 16 de diciembre úe 1786.

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