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-390 - doctrinas. Sabido es que las Sociedades Económicas fueron muchas de ellas en el siglo XVIII vehículos del filosofismo, la revolución y el liberalismo, espe– cialmente del económico. Tenía escandalizada a Za– ragoza D. Lorenzo Normante y Carcaviella, discí– pulo del Sr. Melón. (1) Estando mediados los ejerci– cios al clero, cayeron en sus manos dos opúsculos: uno de 1785. Proposiciones de Economía Civil t¡ Comercio y otro del 1786: Espíritu del Sr. Melón en su ensayo político sobre el comercio, que con– tenían errores contra la fe y las costumbres. Escan– dalizóse el Apóstol, y en una de las tardes de los ejercicios, los delató públicamente a la Inquisición, c1 nte el Sr. Arzobispo, los Cabildos y los Inquisido– res, que estaban presentes. «El día cuatro de este {diciembre)-escribe el Siervo de Dios-concluí ocho días de ejercicios a los eclesiásticos, en los que prediqué por mañana y tar– de. En ellas hablé, con toda la claridad posibl e, so– bre las doctrina" del siglo; y habiendo visto unos cuadernos de ciertas conclusiones, que defendió aquí en castellano un Sr. Abogado en la Sociedad Patrióti– ca, en que se contienen varias proposiciones muy fa– tales, las saqi.té al público; me quejé, en nombre de Dios, a sus ministros, y las delaté públicamente al Santo Tr ibuna l, cuyos señores estaban presentes en lugar separado y manifiesto . De aquí resultó que, no sólo el clero sino toda la ciudad, se puso a mi fa– vor. Los señores canónigos dijeron que si fuese ne- (1) Godoy, convertido en Mecenas, protegía a Melón, Moratín, Bernabeu, Forner, Estala etc. El dis– paro de Fr. Diego vino a dar por elevación en la cabe– za de los que se alzaban con la dictadura literaria de España , y a los que trataba el valido de encumbrar para contrarrestar su impopularidad. - Véase: Literatu– ra Española, de S alcedo Tomo JII , pág. 233.

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