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-368- sas ni la Iglesia no producen santos, presentándoles uno auténtico, con toda la gallardía que sabía hacer– lo el gran Apóstol andaluz. (1 ) «Estuve en Sevilla -escribe a su Director-pocos días, bien atareado en formar el rumbo del sermón de honras, para hablar con propiedad y verdad. Sali– mos de este cuidado el día 18 de febrero, y nos vini– mos a Carmona a la Misión, que empezamos el 26 del mismo, y duró hasta el segundo domingo de cua– resma inclusive. Inmediatamente nos vinimos a esta ciudad, (Córdoba) donde la principiamos ayer en el Sagrario de la Santa Iglesia Catedral, con asistencia del Sr. Obispo y su Cabildo. Del sermón de honras me parece que resultó mucha gloria al Señor por los efectos que se han visto, entre los cuales uno es la conversión de un alma muy perdida y por muchos años encenagada en un amancebamiento, del que se ha separado y dado principio a una nueva vida con grandes muestras de perseverar en su propósito. Asistió el Sr. Arzobispo, y dijo que con mucho me– nos de lo que había yo predicado había para poner al difunto en los altares, y que si tuviese facultades, mandaría se empezase a formar los procesos para su beatificación >. Misión en Carmona.-«La Misión de Carmona fué al principio recibida con indiferencia, pero al fin fué Su Majestad servido de concedernos un fruto ex– traordinario; pues se cortaron pleitos muy ruidosos y antiguos, y se remediaron otras muchas cosas de (1) El sacedote fiel que siemp re hizo la voluntad de Dios y ordenó su vida por el ejemplo de la de Jesu– cristo. Sermón fúnebre-histórico-ascéti!,o-moral en las exequias del V. P. Presentado Fr. José de Santa Bár– bara Ortiz, Religioso Ca·lmelita Calzado. -Tomo III de sus obras, pág. 129.-Madrid, 1796.- Por Pacheco, notario del Santo Oficio.

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