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-362- Tercera Misión en Málaga. - EI Beato se pre· paró para la Misión de Málaga: «Recibo la muy apreciable de usted de trece de corriente, siéndome de especial satisfacción el ver que en ella me trata y me reconoce ya por hijo, lo que aprecio infinito, aunque ha sido muy anterior en mí el venerarlo por Padre. Gracias a Dios por todo, y por los buenos efectos que produjo nuestro trato, pues aun perma– necen los que usted me apunta en la suya, bien que sin dejar de ser el ruin y miserable que antes era. Concluí los Ejercicios, sin haber notado en ellos otra cosa especial de devoción y fervor, que una noche al tiempo de acostarme, después de Maitines, ofre– cerse con mucha viveza el gran beneficio que Dios me hacía en permitirme dormir sobre aquellas desnu– das tablas, teniendo tan merecido estar en una cama de eterno fuego desde que le ofendí con el primer pecado grave. De esto resultaron lágrimas devotas y unos humildísimos sentimientos interiores, con su– mo consuelo en ser tratado por Dios en su casa al modo que un mal hijo en la de su padre, cuando a fuerza de empeños y a más no poder, consigue entrar en ella y servir de criado bajo. El propósito único hecho en este tiempo y al fin de los Ejercicios ha si– -do pelear constantemente contra mí en sujetar la irascible y mortificar y ahogar los enfados en que me precipita mi amor propio. Dios me conceda la gracia de cumplirlo . .pobre alma ha recibido con la presencia y soberana doc– trina de nuestro bendito Padre. ¡Bendito el Señor que para tanta gloria suya y bien de las almas lo ha criado y lo ha puesto en este ministerio! Su extremada caridad me confunde, porque no sé cómo significarle mi recono– cimiento; pero espero que Su Majestad se lo remune– rará con mayores aumentos de sus dones y gracias para sí y para los demás. »-Carta del Beato Diego a Sor María Gertrudis, Rancia 2 de noviembre de 1785.

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