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- 348- guen Santo T omás, S. Buenaventura, S. Antonio, S. A lberto tv1'1gno y los predicadores de aquel tiem– po, no menos que S. Vicente Ferrer , etc ., no seria impropio el seguirlo. Bien conozco que sn contenido y ext ensión es demasiado prolija; pero lo motiva el cuidado de afianzar los pensamientos de todos pata su seguridad y la mía. Este es mi fin, si el amor pro– pio no me engaiia en esto. )) Tercera Misión e n Jerez.- ({Esta Misión se pre– sentó al principio sobradam::nte estéril en sus frutos; tomé la resolución, porque me hallé movido a ello , de predicar un sermón de las causas y efectos de la dureza de corazón, y, concluido, reconveni r al pue– blo con aquellas verdades . Se las hice ver rnmplidas en ellos; hice a Dios una exclamación breve sobre el Exurge , Domine, etjudíca causam tuanz; y, vuel– to a los que me oían , les dije: Y vosotros implete mensuram patrum vestrorum, para que veáis ve– rificado cuanto me habéis oído . Andad, pues, y vi – vi d como queráis. Diciendo esto, me bajé del púlpi t o sin hacer acto de contrición, y me vine a donde es– toy hospedado , que es en el convento de los Padres Carmelitas Calzados. Esto causó pasmosos efectos , pues además de una procesión de penitencia, que se hi zo aquella noche por algunas Comunidades y ecle– siásticos, son muchísimas las conf esiones generales que se han hecho y hacen, las reconcil:aciones que se ven, los plei tos que se cortan, etc. En fin, se ha despert ado t an to la ciudad, que es uno de los mayo– r es movimientos que pueden apetecerse. ¡Dios sea glorif icado ! Esta retirada la he hecho varias veces (aunque pocas) sólo cuando me r econozco movido para ello, y siempre ha producido efectos pasmosos. y ex traordi narios. )) (1) (1) Cartas de conciencia, 1 de febrero de 1785.

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