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- 302 -- se halle a mi cabecera, cuando llegue mi muer– te, y el Seii.or me lo tiene concedido. Llegué aquí, como sabéis, el día 23 de febrero, y cuando pasé a darle noticia de ello, después de recibirme con la singular benevolencia que acostumbraba, me dijo: Fray Diego mio (yo le debía la caridad de que me tratase can esta religiosa confianza) Dios te ha fraido en esta ocasión a Sevilla, para que me asistas l/ te /zalles en mi muerte. Ya habéis visto que de esta predicción a su fallecimiento sólo pasaron cinco días , y que así de esta, como de las otras, podemos decir lo que de Samuel la divina Escritura: Non cecldit ex omnibus verbis ejus in ferram et cognovit universus Israel quod /ide– lis Samuel pro/eta esset Domini. No cayó en tie– rra ni dejó de verificarse una sola cosa _de cuantas predijo, por donde conoció todo el pueblo que Sa– rnuel era fi el profeta del Señor. » (1) Muerte del P. González. -«Llegó por último el día 27 de febrero de este presente año, y, obse– servada en él, como en los demás, la común distri– bución de la Misa, confesonario y clase por la ma– ñana, de la dirección de las religiosas y visita de algún enfermo por la tarde, se retiró, puesto ya e 1 sol, a este su colegio, donde le esperaban para una prolija consulta, y, evacuada, subió a su celda bien entrada ya la noche; a breve rato se reconcilió con su confesor ordinario, deteniéndose en la confesión un poco más de lo común; y, levantándose con sumo trabajo, dijo al religioso: Padre mio, este edificio se va ya a caer. Fuése después al coro a sus acos- (1) El Sabio Perfecto y Director consumado de las almas. Sermón fúnebre en la exequias del Rvmo P. M. Fr. Francisco J. Gi,n zález. Tomo llI de las obras del Beato Diego, pág. 7G.
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