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-286- Del mismo modo estuve el día siguiente, bien que para mí quedaba muy recogido y movido a devoción interior después de haber predicado. A este tiempo me trajeron una de usted del 26 del pasado, que creo incluyó a D. Lorenzo, y su lección me sirvió de repetir con mayor verdad los actos de resigna– ción en la voluntad de Dios, aunque esta fuese de que no se lograse el fruto que tan de corazón deseo. Este se avivó bastante, junto con el de acertar en todo y no separarme un ápice del querer de Dios y de la observancia de la doctrina que usted me da y mi alma tanto apetece. Sigo en los mismos términos de interior oscurísima desolación, aunque algo más esforzado en la predicación, en la que los actos de contrición son como efectos de la amarga situación en que me hallo. ¡El Señor haga en mí su santísima vo– luntad! He dado principio a tratar de la fe, su nece– sidad y modo de creer, haciendo presente el gran beneficio que Dios en esto nos ha hecho; pens.aba seguir proponiendo sus pecados opuestos y el testi- Si no quisiéreiE, y me provocáreis a ira, la espa– da os devorará, porque la boca d·e Dios ha hablado. ¿Cómo se ha convertido en meretriz la ciudad fiel, llena de juicio? La santidad habitó en ella, y ahora Ju habita el crimen. Tu plata se ha convertido es escoria, tu vino está mezclado con agua. Tus príncipes son infieles, socios de bandidos. To– dos aman el cohecho y se venden por el dinero. ' . ... _ Por esto dice el Señor: Me serviré, para tomar ven– ganza de vosotros, de vuestros mismos.enemigos. Aplastaré a los malvados y a los pecadores junta– mente, y los que abandonaron al Señor serán extermi– nados. Is. CAP.,. Esto era el Onus Hispaniae. que le lanzaba el pro– feta del siglo XVII].

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