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-276- mano respeto que t e haga omitir la vehemencia, el furor, la santa ira , cuando lo exija la defensa de la verdad, la santidad del ministerio, la gloria de Dios y le: salvación de nuestros prójimos . Si no fuera este el nuevo extrafio modo de predicar que se te ha ofre– cido y en que piensas, este es e l que yo he pensado. Si vinieres a la profesión de esta niña, me lo dirás; y, si no, lo escribirás cuando puedas y nos pondremos de acuerdo. Ama mucho a los primeros enviados, y, ani – mado de su celo y espíritu, procu1 arás imitarlos en t u Misi t'in, y prepárate a recoger los copiosos frut os de contradicción, persecución y odio del mundo a quien quisieron y consiguieron ilustra r y convertir. Déjate, como el los se dejaron, al cuidado y mag isterio del que los envió y te enviará a predicar a toda criatura e l S an to Evangelio y a enseñarles la observancia de los di vi nos preceptos. F recuenta cuanto puedas los pies dejesucristo; espera en ellos por sus méritos la ilus– tra ción de tu espíritu, y cuando hubi e res de habla r a los grandes, que quieran contradecir la verdad, des– cuida , no pienses su apología, que otro lo hará por tí. Pelea con fe , resiste con humi ldad, alienta tu confían· z a, tolera resignado los asaltos de esas dos insepara– bles pasiones, que rebeló contra el espíritu y la razón nuestra primera culpa. Conviene que, para que co– nozcas lo que eres o lo que serás sin Dios, experi– mentes la rebelión, que sujetarás, s i, conocida, te humil las, te resign as, oras y detestas . D ios contigo puede mucho, )) (1) A esta bellísima y oportunísima carta, contestó el Beato anunci ~1ndole su próximo viaje a S evi lla , don– de debió llegar a últimos de octubre , y t ener una conferen cia con el P. Gonzülez. Durante su estancia, (1) El Director Perfecto. Carta del 7 de septiembre de 1782.